El Laberinto es aquella terquedad infinita. El Laberinto significa incertidumbre.
Es
un camino de sobresaltos, de vaivenes que secuestran la verdad. El Laberinto
es necio,no olvida, nada pasa desapercibido. Es un enredo que desenreda.
El Laberinto de la Terquedad, es la manera más necia de llegar a la verdad.
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lunes, 31 de agosto de 2009

Primeras voces del Portugués


Sentados alrededor de la fogata, esperaban la noche un grupo de tupinambáes. Veían el fuego, escuchaban sus tronidos y cantaban por momentos. Dentro de su ritual, comían pedazos de mandioca (yuca) asada, esparcían en el piso puños de amendonimes (cacahuates), y danzando alrededor del fuego, se frotaban las pieles de las jibóias (boas) recién cazadas.
Dentro de su organización como sociedad, donde todos eran iguales y nadie ostentaba el poder, hacían este tipo de rituales seguido. Luego de las jibóias, seguían representaciones de luchas entre jacarés (cocodrilos) y jaguares, reverencias al tapir y al tucán.
Sin embargo, esa noche el viento traía consigo aires de eventos extraños. De momento, un par de bailarines se detuvo. Veían incrédulos al amanecer, hacia el horizonte. A lo lejos, en el océano, un objeto no muy claro que descansaba sobre el agua.
Las discrepancias entre los pueblos (todos participes del ritual de aquella noche) tamoios, temiminó y tipiniquim, quedaron en el olvido. Si bien estaban reunidos festejando a la vida, luchaban constantemente por el deseo de vengar los sacrificios de sus caídos, en manos de algún vencedor.
Las pausas entre guerras, más allá de descansar del conflicto, unificaba su idioma y amalgamaba creencias. El despertar de aquella noche de festejos, de cantos, de música y de danza, heredó en los tupinambáes, mucha más comunión de la que hubiesen esperado jamás.
Del objeto raro, que parecía una canoa gigante, descendieron unos seres extraños. Lo primero que pensaron fue en que habían llegado los dioses. Divinidades que brillaban como la plata, de cuatro patas y dos cabezas (hombres sobre caballos) y que cargaban aparatos divinos y no se desprendían de ellos.
Los ladinos comenzaron a llevarse a sus mujeres, siguieron derramando la sangre de (ahora) sus amigos y aliados, continuaron robándose sus frutos y cosechas. Se creó entonces la Confederación de Tamoios “Cunhambebe”, un grupo que luchaba en contra de los invasores (portugueses). Trataron de detenerlos, pero sus esfuerzos, rituales y creencias no fueron suficientes. Algunos permanecieron en la historia y se fueron con los colonos de Ubatuba y se volvieron caiçaras.
Poco a poco fueron relegados a la esclavitud, a trabajar en los ingenios de azúcar, a adoptar la idiosincrasia y lengua portuguesa. Se fue perdiendo la Memoria del fuego de aquella noche Tupinambá. Así nació Brasil, del palo que cortado derramaba un líquido rojo. Así nacieron las primeras voces del portugués latinoamericano.

*Basado en:
PRIETO, Carlos. Cinco mil años de palabras. 2°Edición, FCE. México 2007 (Capítulo V: El Portugués)
GALEANO, Eduardo. Memoria del fuego I. 32°Reimpresión, Siglo XXI editores. México 2009 (Cap 1: Primeras Voces)


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