
3 de agosto de 1999
Son casi las once de la noche. El padre va manejando rápido, ya quiere llegar a su casa. La mujer del padre está medio dormida, pero no cede ante el sueño, lleva cargando a su hija de 2 años. La hijita no se ha dormido, no ha dejado de platicar, está viendo las luces de la carretera.
La hija del padre está sentada detrás de la mujer. Va con la cabeza pegada a la ventana, va viendo la noche, los carros, las montañas cortadas que se convirtieron en caminos. En medio va su hermano, el hijo del padre. Entre la realidad y la fantasía, se va debatiendo entre el sueño y quedarse despierto. Detrás del padre está el hijo de la mujer. La música pegada a sus oídos se alcanza a percibir hasta los asientos delanteros. También ve la autopista, los carros. Se pone el cinturón media hora después de haber salido de la casa-hotel donde se hospedaron.
La hija del padre ve, por la ventana, un sin fin de vidrios que adornan el pavimento. Le avisa a su hermano, el hijo del padre. Éste ya está más dormido que despierto, pero logra escuchar un grito que lo deja helado: “¡Ya nos fregamos!”. El padre ve como, al salir de la curva, un carro ocupa dos carriles, está cruzado.
La oscuridad de la noche no le había advertido nada. El freno está empujado hasta la pared del cofre. Las manos se aferran al volante y en conjunto, la mujer, el padre, la hijita, la hija del padre, el hijo del padre y el hijo de la madre cierran los ojos.
Un golpe seco, un latigazo duro, un dolor inmenso. Todo lo demás pasa más rápido. El padre se baja, los ve, les pregunta. No los atiende, hay más carros. Quita primera y pone punto muerto y empuja el auto deshecho doscientos metros, con sus hijos y mujer adentro. El hijo de la madre llora. El hijo del padre no aguanta. La hija del padre ve como empuja el carro, ve a su padre maniobrando el volante y empujando y salvándolos.
Salen todos del carro y corren orillados. Escuchan como otros chocan, escuchan chirridos. Pasan a un lado del autobús que iba detrás de ellos, ahora está vacío. Esperan. Los recoge una pareja que los ven. Los ayudan, los llevan a un Hospital en la ciudad más cercana.
4 de agosto de 1999
Todos están en el Hospital. La hijita en observación. La madre a su lado, se duele, pero la acompaña. En el pasillo el hijo del padre, que no puede caminar del dolor, tiene toda la barriga morada. El hijo de la madre está a su lado, le duele el pecho y el cuello y está estupefacto. La hija del padre está afuera del cuarto de la madre y su hijita, en una camilla.
El padre está preocupado, no entiende, pero sabe que hizo cuanto estuvo en sus manos, y hasta más. Siempre más. Tiene el cuello raspado y miedo de que pase algo. Pero es fuerte. Ve a sus hijos, a su mujer. Todo está en pausa.
La madrugada está por terminar. El padre lleva al hijo de la madre, su hija y su hijo a un hotel, Hotel Jacarandas. Los coloca en un cuarto, los revisa por última vez. Se va. Se dirige a la autopista, quiere ir con los del seguro, quiere resolver.
Los hijos del padre y la madre no se duermen. Les duele. El que no podía caminar, ya lo hace, pero despacio. El que escuchaba música está preocupado por su madre, por su hermana. Llora. La que se dolía del pecho, que es más grande, los tranquiliza, los abraza, se hermanan.
Pasan la noche en vela y se duermen en la mañana. El padre había dicho que si querían ir a la alberca, mejor. Ellos no están de humor. Hay tijerillas caminando a los lados de las camas. Hay mucha gente allá afuera, en la alberca, divirtiéndose.
El padre regresa en la mañana, vuelve al medio día, retorna en la tarde. Todo bien en el Hotel. En el Hospital están más tranquilos, pero habrá que tenerlos en observación todavía.
Llega la noche y con ella la calma. Están vivos, adoloridos, pero vivos. Y el hijo del padre prende la televisión del cuarto, que estaba apagada:
“… Cuauhtémoc, suya, Cuauhtémooooooooc”, “¡Goooooooooooooooool!”, “¡México!”, “¡Golaaaaazo!”. Las voces se confunden. Hugo Sánchez interrumpe a Enrique Bermúdez. Alarcón grita al unísono. El Estadio Azteca es uno sólo: México es campeón de la Copa Confederaciones, le gana a Brasil 4-3.
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