El Laberinto es aquella terquedad infinita. El Laberinto significa incertidumbre.
Es
un camino de sobresaltos, de vaivenes que secuestran la verdad. El Laberinto
es necio,no olvida, nada pasa desapercibido. Es un enredo que desenreda.
El Laberinto de la Terquedad, es la manera más necia de llegar a la verdad.
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lunes, 30 de marzo de 2009

Carlos Monsiváis: lo cultural del pueblo y lo popular de la cultura


Carlos Monsiváis nació en la Ciudad de México en 1938. Siempre activo, siempre escribiendo, siempre analizando, a través de su mirada crítica. Periodista, ensayista, cronista por excelencia.
Creador de diversas obras como Días de Guardar, El teatro de los Insurgentes: 1953-1993, Los mil y un velorios. Crónica de la nota roja, además de una vasta cantidad de ensayos y artículos publicados en los diarios más importantes de la república; le han valido la obtención de numerosos premios y reconocimientos a su trayectoria, como el Xavier Villaurrutia, el Premio Nacional de Periodismo, el Premio Anagrama de ensayo o el Premio FIL de Guadalajara.
Carlos es un coleccionista incurable. Un aficionado a los detalles, a las cosas, aparentemente insignificantes. Es un personaje fundamental de la cultura mexicana en su amplia denominación.
Carlos Monsiváis entrañablemente, no sólo forma parte de esa cultura popular, sino que la describe. A través de su crónica, de su descripción puntual y acertada, escenifica la historia reciente del país y desglosa a lo populacho en Aires de familia, de Anagrama, reeditado en 2006, por tercera ocasión.
El libro es un análisis de la estructura social de América latina. Tal como si fuese un texto de su eterna sección Por mi madre bohemios (semanalmente publicada ahora por Proceso), donde toma como base las declaraciones para construir una crítica dura y concienzuda, en Aires de familia, colecciona fragmentos de diversas obras de varios escritores latinoamericanos, que se han dado la tarea de explicar, alguna vez, al pueblo, sus costumbres, tradiciones y actividades.
Desde Payno, pasando por Poniatowska y Borges, hasta llegar a Ibargüengoitia o el mismo Pitol, Carlos Monsiváis resume a la cultura popular no sólo como la cotidianeidad o los valores naturales de cada pueblo, sino como esa masificación necesaria para el arraigo de ciertos valores que caracterizan a cada región.

domingo, 22 de marzo de 2009

Democracia vs Cultura



Ariel es un golpe difícil de asimilar. Es una bomba que estalla y explica al mundo, muestra su camino y describe su decadente situación. El uruguayo José Enrique Rodó, analiza a detalle al ser humano como sociedad, como agrupación y como individuo, a través de su ensayo y llama a la cultivación intelectual.
Político izquierdista y colorado, ensayista por excelencia, Rodó atiende el dilema de la democracia como sistema de organización social. Comenta los pormenores de la decadencia del “gobierno del pueblo”, transformándose a una masificación sin un guía aparente.
Además resalta el hecho de que la cultura educada, aquélla que refiere a la intelectualización, es necesaria para luchar en contra del utilitarismo y materialismo causado por la aparente necesidad de inmediatez. Dos puntos muy arraigados en la dinámica estadounidense, que se ha diseminado alrededor del mundo, sobre todo en América Latina.
El ensayo de Rodó, que fue escrito en 1900, no sólo explica la situación que se vivía en ese tiempo, sino que acierta con exactitud a lo que hoy acontece en el planeta. Asimismo, llama a la juventud para que acuda a la alta cultura, la que se distingue de la masa y logra modificar ideas y liderar movimientos.
La lectura, publicada por Mestas ediciones, en 2002, es un material imprescindible para aquellos que desean una visión contundente y directa de la humanidad, a través de un sentimiento que va más lejos que la igualdad y se sitúa en la espiritualidad del ser.
José Enrique Rodó fue aclamado por Ariel, su máxima obra, y personajes como Rubén Darío o Miguel de Unamuno (de igual forma, modernistas), lo celebran con entusiasmo. Aunque es de digestión complicada, se vuelve ampliamente recomendable.
Es difícil aceptar que la cultura no es plural y que depende del tipo al que se refiera. No conviene, como señala Rodó, amalgamar la cultura y cerrar filas. A su vez, menciona que la admiración de labelleza debe ser un factor para situar al ser humano dentro de su sociedad.

jueves, 5 de marzo de 2009

Yo anularé mi voto



Hace unos días escuchaba el llamado para anular el voto. Ir, pedir los papelitos y tomar el crayón, meterse a la caseta y escribir con cierto placer y sobre todo conciencia: “Chinguen a su madre”. Luego doblar la hoja con las caras de los futuros “representantes” y depositarla en la urna.

Me saltó un ánimo de crear conciencia. Mandar forward de correos a conocidos y desconocidos. Expresar no sólo un sentir agobiado y cansado de injusticias. Ir y mentarles la madre.

Estaba a punto de hacer un forward, cuando por azares del destino ingresé al blog de Edgar Clement, Crónica de Castas. Diseñador de profesión, amante de los vinos y las carnes, bloggero por excelencia y lumpenproletariat nihilista semiilustrado. Yo anularé mi voto, es la propuesta de Clement. Cansado también de la élite que maneja, hace y deshace, que reina y no progresa.

Al grito desesperado se le unieron bloggeros como Pepe, Charruzcaz, Raúl Luna. Sus seguidores, que al contrario de los Medios masivos de Comunicación, se han dado la tarea de sumarse al movimiento. los medios, siempre estarán atendiendo intereses económicos y no velarán por la sociedad.





Sin embargo, cabe resaltar que la sociedad mexicana también está de capa caída. Si no fuera por la sociedad, por el estilo de vida y la poca importancia que le damos al mal momento que vive nuestro país, no estaríamos como estamos. Probablemente el cambio no llegará por nuestra clase podrida política.

DHP, o mejor dicho Dejemos de Hacernos Pendejos, también promueve fin al hartazgo. Posponer la ignorancia y atender las necesidades de abrir los ojos. Respirar. Y tienen razón. Hay que dejar de hacernos pendejos, movilizarnos, impulsar el verdadero cambio y progreso.

Como sociedad, dejamos la tarea a los malos gobiernos, gente que ostenta el poder y de la cual nos quejamos, pero seguimos votando por ellos, sin informarnos, sin saber quienes son, sin tomar en cuenta de que todos forman parte del mismo sistema decaído y sin argumentos.

Ahí es donde entra nuestra labor, el cambio, el progreso, está en nosotros, en nuestra actitud y en la atención que le pongamos a los llamados que surgen de la misma sociedad, cansada, con ganas de vivir y dejar de sobrevivir.